Natalia tortosa
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En mi caso, por un despido improcedente, todo salió bien. Me informaron de la indemnización que me correspondía (que era más de lo que la empresa me daba) y me aconsejaron hacer una conciliación laboral (CMAC) cosa que agradezco, porque no tenía ni idea. Se encargaron de todo y todo salió bien. Pero, también debo decir, que el trato final me dejó un poco decepcionada. El día del CMAC era un lunes, quedaba casi un mes, en ese mes no hizo falta volver a hablar y eché a faltar un recordatorio o confirmación de que nos íbamos a ver ahí (ya que me dijeron que me acompañarían) el domingo escribí por correo electrónico a mi abogada para que me acabara de confirmar y quedarme mas tranquila, pensando que el lunes de buena mañana me contestaría pero no fue así, esa respuesta jamás la recibí. cuando faltaban 10 min. para la hora acordada allí no había llegado nadie, me empecé a poner un poco nerviosa pues no sabía nada de mi abogada, llamé a la oficina y me dijeron que sí que irían, pero que iría otro abogado, que ni conocía ni él a mí, bueno, tuvimos que conocernos por suposición, ok, pero lo q menos me gustó es que tuvo un trato con mis exjefes (el enemigo) demasiado cercano y de buen rollo, yo me quedé en algún momento sola y él con ellos (que eran 3) le pidieron el teléfono y todo. Considero que hay que ser respuetuoso y correcto, pero nada más. Gerentes que ni me dijeron adiós al despedirme, estaban hablando con mi abogado como si fueran amigos de toda la vida y de muy buen rollo y amigables. El abogado era encantador, la verdad, pero no me pareció el trato apropiado de cara a mí
